Del espacio exterior a las pistas de competición

Del espacio a las pistas de competición

Del espacio a las pistas de competición

 

Llevar a cabo avances tecnológicos requiere emplear una buena cantidad de recursos monetarios y humanos. Por esa razón no es de extrañar que muchos de estos avances sean el fruto de la dedicación de profesionales contratados para trabajar en sectores clave para el Estado, ya que este cuenta con los fondos necesarios para financiar sus investigaciones y estudios durante periodos de tiempo prolongados.

El nacimiento de la Administración Nacional Aeronáutica del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) fue la respuesta del Estado Norteamericano al lanzamiento del primer satélite espacial por parte de la URSS en 1958. Y es que, como cabía prever, en  el contexto de paranoia postnuclear permanente en el que se desarrollo la política internacional de la segunda mitad del pasado siglo, el lanzamiento soviético fue percibido por los dirigentes de los EEUU como una amenaza para su seguridad nacional.

Logo de la NASA

Logo de la NASA

 

La NASA nació el 1 de octubre del 58 contando en un principio con cuatro laboratorios y 8.000 empleados. Los científicos allí contratados tuvieron como primera misión averiguar si el hombre podía sobrevivir en órbita, paso previo para intentar después llevar una nave tripulada al espacio exterior. Es evidente que lo consiguieron, iniciándose así una carrera espacial que se prolonga ya durante 53 años. Durante todo este tiempo muchas de las tecnologías nacidas a la luz de las investigaciones espaciales se han incorporado a otros ámbitos de la vida en sociedad, entre ellos a la actividad deportiva.

Por poner un ejemplo, las máquinas de correr en cinta mediante las que se mide ahora la resistencia aeróbica de los deportistas (y que tanto vemos en los reconocimientos físicos de los futbolistas recién fichados) eran empleadas en un principio para testar la salud de los astronautas. También formaban parte del equipamiento espacial los auriculares inalámbricos que utilizan ahora los árbitros en multitud de disciplinas deportivas.

A estos dos ejemplos se suman avances relacionados con la creación de tejidos y materiales especiales, adelantos cuyo empleo ha despertado la polémica, llegándose incluso a hablar de «doping tecnológico» en algunos casos. Uno de los más sonados tuvo como consecuencia la prohibición de utilizar en algunas competiciones un innovador traje de baño diseñado por Speedo, el ya legendaro LZR.

La NASA, Speedo y el deportista X-Men

Al ver el traje que Speedo diseñó para el equipo estadounidense de natación participante en las Olipiadas de Pekin 2008 no podemos evitar recordar la indumentaria cinematográfica de los últimos X-MEN.

Bañador Speedo LZR

Bañador Speedo LZR

 

Visto así, sin más, admitimos que la asociación pueda pareceros exagerada, quizá fruto del delirio de un puñado de»frikis» aficionados a los comics de la factoría Marvel. Pero como suele suceder con cualquier prenda de vestir,  el bañador de Speedo»hay que verlo puesto», que decía mi abuela. Ahí va la imagen

Equipo de natación USA vs X-MEN

Equipo de natación USA vs X-MEN

 

Quien no vea ciertos paralelismos entre las dos fotos (imaginario, escenografía, ambiente, disposición de los cuerpos…) está negando una evidencia meridiana. ¿Necesitáis más pruebas? Cerremos la jugada mostrandoos la imagen en solitario del mega campeón Michael Phelps equipado con el LZR. Podríamos apodarle SpeedoMan con toda tranquilidad después de ver la siguiente foto promocional.

Michael Pelps es...!SpeedoMan!

Michael Pelps es...!SpeedoMan!

Si atendemos a las especificaciones técnicas, nuestras sospechas se confirman. Definitivamente, este traje de baño lo podría haber diseñado el mismísimo Charles Xavier con ayuda de Magneto. Nos imaginamos al equipo de investigación de la marca presentándoselo a los deportistas cual «Q»en la saga de James Bond.

«Buenos días mis queridos nadadores olímpicos norteamericanos. Os presento el LZR de Speedo, un traje de baño compuesto por membranas ultra finas de poliuretano cortadas con laser en puntos estratégicos para crear una forma hidrodinámica que comprime el cuerpo, le da soporte en el agua, incrementa la velocidad y reduce la resistencia. El traje se pega como una segunda piel gracias a que sus costuras están unidas mediante un ultrasonido (Uauuuuu!!) y favorece que las burbujas se adhieran a él, lo que aumenta la flotabilidad de quien lo viste. Además, el LZR posee un estabilizador interno que ayuda al nadador a mantener la posición más correcta dentro del agua, mejorando así el rendimiento del deportista».

En dos palabras Im-presionante !Al agua patos ya mismo!

El trabajo de la NASA también ha servido para crear otro material revolucionario que actualmente se emplea  en la fabricación de equipamiento deportivo.  Más ligero y capaz de absorber mejor los impactos, se utiliza para fabricar raquetas de tenis y palos de golf, entre otros artículos. Si os digo el nombre no os lo váis a creer…metal líquido. ¿Os suena de algo?

En youtube hemos encontrado un vídeo de La 2 de TVE en el que un físico entrevista a un trabajador de la NASA a propósito de todos estos temas. El sonido está un poquito desfasado con respecto a la imagen, pero lo que muestra es realmente interesante.

 

 

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