El COI ha hecho público un comunicado a través del que anima a los atletas que participarán en las olimpiadas de 2012 a utilizar las redes sociales para comentar sus impresiones y experiencias durante el transcurso del evento.
Su amistosa invitación viene acompañada de una serie de normas y recomendaciones que, por una parte, solicitan cierta mesura a los jóvenes deportistas confiando en su sentido común; pero por otra permiten al comité organizador de los juegos ejercer la más severa de las censuras en caso de que la conducta comunicativa de los atletas no se ajuste a lo reglamentado. Y lo reglamentado no es poco… Y además está sujeto a interpretaciones bastante subjetivas.
Veamos, en principio, y por poner el ejemplo más claro, parece comprensible que el comité organizador de los juegos se reserve el derecho de apartar a un atleta de la competición en el caso de que se le encuentre algún post con contenido considerado pornográfico. A la pulcritud del llamado “espíritu olímpico” se suma el especial cuidado sobre la imagen que los deportistas proyectan sobre la sociedad para entender la medida.
El problema es: ¿Qué vara de medir se va a emplear para calificar una imagen como pornográfica? Porque si el COI va a tomar como modelo el criterio empleado recientemente por Twitter para censurar la portada de una revista veo las piscinas olímpicas vacías por la descalificación de todos los nadadores, tan exhibicionistas ellos ¿Qué ocurriría si no es el propio deportista quien ha difundido en las redes sociales las imágenes así consideradas? Me viene a la mente el caso de la campeona Laure Manaudou, que no fue expulsada de la competición en los JJ.OO de Pekín a causa del escándalo que desencadenó la difusión de unas imágenes suyas en la intimidad, pero ha quien ha costado levantar cabeza.
La normativa que el COI impondrá a los atletas durante los juegos de Londres despierta más incógnitas, y más importantes ¿Tienen derecho las autoridades olímpicas a supervisar las acciones comunicativas de los atletas durante los juegos? ¿Pedirán permiso a estos para controlar sus perfiles personales en las redes sociales? ¿Contarán con la colaboración de las firmas que facilitan los servicios de comunicación en redes sociales para hacer ese seguimiento casi policial? ¿No entra todo esto en conflicto con el derecho a expresarse libremente?
Recomendaciones de autocensura y limitación del lenguaje periodístico
Y es que entre las recomendaciones del COI se incluyen algunas cuya aplicación está sujeta a interpretaciones bastante subjetivas. Por ejemplo, se dice que los atletas deben autocensurarse en los formatos en primera persona, tipo diario…O sea, que tendrán que autocensurarse sí o sí, porque la mayoría de los perfiles son personales. Pero además se afirma que los atletas no deben informar de las competiciones como si fueran periodistas (¿?) o deben asegurarse de que sus posts no contengan palabras o imágenes vulgares u obscenas. ¿Publicar en redes sociales una imagen como esta también sería motivo de descalificación?
Estas prohibiciones nos resultan bastante chocantes e incluso contradictorias. Especialmente la relativa a la narración periodística. Creo que puedo hablar de ella con cierto conocimiento de causa, ya que soy periodista colegiado y ejerzo regularmente la profesión. Durante mi trayectoria jamás se me ha ocurrido pensar que fuera legítimo solicitar a un bloguero que se abstuviese de tratar los temas a los que se dedica desde una «óptica periodística».
Por otra parte, todos los periodistas llevamos viendo, escuchando y leyendo durante años a toda clase de deportistas en distintos medios de comunicación. Muchos de ellos no son profesionales, lo que no impide que sean contratados por los medios en calidad de expertos, aunque en algunos casos su falta de formación y habilidades comunicativas resulta irritante. Pues bien, nadie del COI parece haber puesto hasta ahora el grito en el cielo acusándolos de intrusismo profesional.
Cuesta admitir que el deportista retirado pueda ejercer el periodismo sin titulación alguna y el deportista en activo vea limitada su libertad de expresión por una normativa que penaliza que lleve a cabo una “cobertura periodística” de los JJ.OO. Si los aficionados al deporte quieren conocer directamente las vivencias e impresiones que tienen los deportistas sobre las olimpiadas de 2012, porque éstos pueden ahora transmitirlas vía redes sociales, deberían hacerlo con total libertad.
Creemos que es responsabilidad de los profesionales pensar cómo se pueden combinar las nuevas oportunidades de comunicación con el ejercicio de la profesión, sin caer en censuras corporativistas bastante cuestionables ¿O acaso tienen miedo los grandes medios de ver disminuir su audiencia porque la gente siga el twitter de tal o cual deportista?
Prohibición de realizar grabaciones audiovisuales y de hacer comentarios políticos vía Redes Sociales
Asimismo, se prohíbe a los deportistas grabar imágenes y archivos de audio dentro de la sede olímpica. Una prohibición ligada a los intereses económicos del COI, que recibe gran parte de sus ingresos por la venta de derechos de televisión. ¿Cómo se llevará a cabo esta medida? ¿Requisando a los participantes sus móviles 3G? Parece improbable que las instalaciones olímpicas londinenses puedan volverse una suerte de Ciudad Prohibida al estilo de la que existía en la China Imperial, siéndolo en este caso del Sagrado Imperio del Comercio Audiovisual.
Y, finalmente, la madre de todas las polémicas: toda la actividad en redes sociales debe respetar la Carta Olímpica, que prohíbe a los deportistas hacer demostraciones políticas durante el transcurso de los JJ.OO. Ignoro si la vigencia de esta cláusula es anterior al valiente gesto político de Tommie Smith contra la “Amerikkka” racista y violenta durante los juegos olímpicos de México 68. Un gesto que ha pasado a la historia del deporte por la intrepidez de quienes lo protagonizaron, aunque hacerlo les costara muy caro.
Con respecto a este tema, pregunto: ¿Admitir el patrocinio de empresas que son capaces de presionar a sectores productivos claves en la economía de Estados enteros no es política? Y en lo que se refiere a los deportistas ¿Significa esto que no podrán expresan libremente su opinión en sus perfiles de las redes sociales (que insistimos, son personales) sobre cualquier acontecimiento político que se produzca durante el transcurso de los juegos? Estas cosas dan que pensar…y poco bueno, la verdad.
Deja un comentario